El cierre de TRAL en su emisión Primavera 2014 fue oportunidad para repasar algunas de las reflexiones y conversaciones suscitadas en estas semanas. En el repaso, tomé algunas notas que me sirven para agradecer los aportes, para apoyar mi memoria y con suerte, para motivar la conversación.
Lo que observo en TRAL es un conjunto de escenarios de actividad que invitan al autoanálisis, al diálogo reflexivo y que colocan en situación de proyectar la acción para caminar hacia el reconocimiento y enriquecimiento del propio ambiente de aprendizaje personal y profesional (APA Y APAP). Aunque el factor tiempo, siempre se expresa como la limitante principal, voy encontrando otros elementos importantes: las preguntas e intereses que traen consigo los participantes y que se van reflejando en sus entradas, conversaciones en blogs y en las sesiones sincrónicas, también la disposición para adentrarse en uno mismo para mirarse críticamente y compartir con honestidad esos hallazgos, para dejarse tocar por las voces de otros. (Ejemplo) La apertura afectiva tanto como la cognitiva tiene lugar. Los resultados se van concretando en estrategias de intervención del APA y APAP.
Aprender en TRAL implica involucrarse, en la medida del deseo y recursos personales, en ese conjunto de escenarios, lo que da lugar a una participación marcadamente diferenciada entre los participantes y a un TRAL diferente cada vez.
Algunas de las piezas reflexivas que me deja este TRAL
• Leer a Verónica Ojeda, Diego Amato, Gaby Castro, Pilar López, Irene Vélez me reitera el potencial de los ejercicios de representación de nuestros ambientes de aprendizaje para descubrirnos a nosotros en relación. La mirada autocrítica de nuestros APA, la reflexión metacognitiva facilitada por dispositivos analíticos (en este caso provistos por TRAL) va posibilitando la visualización de líneas de acción para participar de nuevas maneras en la Red (más activos, creadores de mensajes, con nuevas narrativas, con nuevas herramientas) tanto en lo personal como en lo profesional.
Todo esto a nuestro modo, a nuestro ritmo y hasta disfrutando de ello. Ideas sencillas o no tanto, van surgiendo como resultado del ejercicio creativo intencionado de enriqueciendo de nuestro APA O APAP, imaginando nuevas interacciones en nuestro futuro casi siempre inmediato (Ejemplo de ello, Adriana Patricia)
• Irene Vélez coloca la tarea de lo que nombra “enraizamiento”, que entiendo como robustecimiento de las propias redes a través de relaciones no efímeras, más largas y cargadas de significados -señala Gabriela Ortiz-, de flujos constantes –destaca Ninfa Pérez-. No basta la conexión, las conexiones muertas o silenciosas no tejen red, no son red y ella misma nos habla de enriquecer las propias redes de aprendizaje como un proceso expansivo intencionado. Los cambios en nuestro entorno laboral son oportunidades para seleccionar, profundizar las relaciones en esas redes.
En la misma línea, Francisco Morfín subraya en sesión sincrónica de cierre TRAL que no basta con conectarnos, hay que ir más allá, enredarnos con otros: compartiendo, conversando, imaginando, creando y al hacerlo, van resultando nuevas cosas que no nos habíamos propuesto o imaginado, vamos descubriendo nuevos sentidos, porque vamos siendo junto con otros, en ese proceso, nos vamos reinventando.
El enredamiento conlleva un dinamismo que escapa al yo, tal vez es el “nosotros” al que alude Gabriela Ortiz en las interacciones de quienes son parte de una comunidad.
• La figura de visualizarnos como “puentes conectores” de redes a diferentes escalas (local, internacional por ejemplo) que plantea Irene me resulta sugerente. ¿Es un rol que cobra relevancia hoy como parte de ser académico? Son los proyectos de investigación, las preguntas o temas propios un elemento orientador para la búsqueda y sostenimiento de conexiones además de elementos valorales, emocionales que juegan en el proceso. Hablamos de formas de construcción de relaciones en las redes para aprender a lo largo de cierto tiempo y juntos.
• Verónica, Gabriela Ortiz, Gustavo Huerta comparten ejemplos de comunidades. En ello descubro lo valioso que puede ser rescatar la propia experiencia de participación en comunidades para mirarlas con calma e identificar cómo funcionan, qué aportan, qué las hace tales. Preguntas surgen ¿cómo se pueden dinamizar?
• Pilar Zermeño, Verónica Ojeda dan cuenta de su búsqueda permanente por formas de aprovechar la red para aprender. Pilar recalca “con el propósito” y no con la herramienta por delante. Yo sumo, aunque el propósito vaya cambiando incluso a raíz de la relación con la herramienta. Pilar nos dice con claridad que se requiere eliminar barreras mentales personales, pensamientos obstaculizadores. Coincido, parece sencillo pero no lo es o al menos, en mi experiencia, no lo ha sido.
• Verónica Ojeda nos muestra el deseo y el empeño esperanzado por lograr construir redes que no se restrinjan a contextos locales complejos, en este sentido, Internet presenta condiciones para acercarnos y concretar proyectos que sobrepasan distancias y abren oportunidades antes impensables como aprendices.
• Zermeño y Morfín reafirman que el reto de tejer redes es un reto de construir nuevas maneras de convivir, que implican descentramientos profundos en nuestra docencia, nuestro trabajo con otros pares académicos, de nuestro estar en el mundo.
Sabemos que enredarse para aprender en red no es tarea de 9 semanas, la experimentación sigue más allá de TRAL. Pilar López expresa en una de sus entradas “TRAL me empuja, como sin querer, hacia nuevas áreas y nuevas formas de hacer que las cosas sucedan…” depende de nosotros conservar, aprovechar ese impulso.
¡Gracias a todxs lxs TRALerxs por sus aportes!
Debe estar conectado para enviar un comentario.